Texto por Píter Ortega Núñez

S/T. Centro de arte Santiago de Cuba. Cuba 2013

“El arte de la inconformidad”

(Más allá del inmovilismo)

La obra del joven artista cubano Dunieski García se destaca ante todo por su diversidad o versatilidad. Se trata de un creador que se ha movido en disímiles registros, en todos los casos con visible rigor y consistencia: ha operado desde la pintura, el dibujo, la fotografía, el video, la instalación… Es el ejemplo de un artista inconforme, inquieto, que rehúye todo el tiempo de los encasillamientos, de las etiquetas. Sabe que cada idea reclama un soporte específico, y trabaja siempre en función de ello, sin temerle a las experimentaciones y aventuras estéticas. La expo que nos ocupa es una prueba de lo anterior, toda vez que exhibe un abanico bien amplio de manifestaciones artísticas.

Entre los motivos o iconos que más se observan en los trabajos del artista se sitúan la mariposa (en tanto símbolo de libertad, de vuelo, de ascenso al peldaño del ensueño y la utopía); el espejo; instrumentos musicales como la guitarra; y el cuerpo humano femenino en toda su extensión y belleza. Este último resulta decisivo en la estética de Dunieski, toda vez que al autor le interesa sobremanera potenciar el erotismo y la sensualidad como efectos primeros del acto de recepción. De ahí que se trate de pinturas de un oficio muy notable, con gran dinamismo en la gama cromática, encuadres bien osados y un tratamiento textural muy enfático, preciosista y seductor. Asimismo, sobresale en sus propuestas el inteligente manejo de los escorzos y la eficaz distribución de las áreas en el espacio representacional. Un detalle curioso es que las féminas de estas obras casi nunca miran al espectador; más bien se presentan cabizbajas, ensimismadas, meditabundas. Como ausentes. Pareciera que habitan cierto pudor, cierto recato.

Dentro de la propia pintura, el creador se ha desplazado desde la figuración hasta la abstracción, desde la mímesis hasta su antítesis, e igualmente desde diversos formatos o escalas. En el caso de los videos, apuesta por el minimalismo, la síntesis narrativa, la habilidad de decir mucho con pocos recursos. También medular resulta la autorreferencialidad en la mayor parte de los trabajos, la recurrencia a problemáticas y conflictos que guardan estrecha relación con las experiencias de vida del creador.

Dunieski ha preferido no titular las obras, lo cual constituye un recurso eficiente para disparar la sospecha en torno a ellas, la duda, y dotar al espectador de una mayor responsabilidad en el proceso de entendimiento de las imágenes y sus historias subyacentes. Él prefiere que el receptor fabule, se construya su propia nomenclatura en relación con las piezas, y se convierta así en co-autor, en co-partícipe del acto mismo de creación. Interesante estrategia que, lejos de menguar la polisemia de las obras, la dispara.

Por las razones anteriores, se trata pues de una muestra meritoria, loable, que hace gala de virtudes de tipo estilístico y semántico, formal y de sentido. Enhorabuena.

Píter Ortega Núñez. Miami, octubre 2013

(Curador y crítico de arte)